Mientra discutimos sobre este extraño y cálido febrero, observo a unos niños jugando. Tienen todo lo que pudieran desear y más. Tal vez los padres satisfacen en ellos de manera retroactiva sus sueños no cumplidos.
Sus hijos, tal vez ellos, o quizas nosotros mismis nos enfrentemos a un mundo bien distinto. Un mundo donde los recursos no sean tan asequibles, tan baratos. Un mundo en el que el producto de menor preciso sea, tal vez, la vida humana.
Sus hijos, tal vez ellos, o quizas nosotros mismis nos enfrentemos a un mundo bien distinto. Un mundo donde los recursos no sean tan asequibles, tan baratos. Un mundo en el que el producto de menor preciso sea, tal vez, la vida humana.