martes, 29 de mayo de 2007

Papel y bolsas

Cuando compro algo, cuando rechazo un envoltorio o una bolsa de plástico, suelo encontrarme con la misca cara de perplejidad. "¿Por qué no quiere la comodidad, la facilidad?", se interrogan en la caja.

Yo solo veo el gasto inútil, la pésima gestión de nuestrso recursos. Petroleo quemado de manera estupida, árboles cortados para escasos minutos de uso.

A pesar de mi intento, limitado, de no usar empaquetamiento superfluo, genero más basura inorgánica, más desechos, que cuando era un niño y vivía con mis padre y hermanos. Tenemos la ¿paradoja? de que una sola persona produce más deshechos que una familia numerosa de no hace tanto tiempo.

Así no podemos continuar. Vivimos en una carrera desbocada, que nos lleva a un desastre, que ya se anuncia inminente. Aunque solo sea porque nos ahogaremos en nuestra propia basura.


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